El sendero de la vida
Me imagino la vida como un largo sendero que vamos recorriendo a lo largo de los años. Por el camino, algunas veces, nos entretenemos viendo el paisaje o realizando tareas, otras aceleramos el paso para llegar a algún lugar y por momentos observamos cómo pasa el tiempo y cambian las estaciones.
Me imagino un sendero, a veces frío como el invierno, donde hay que tomar difíciles decisiones que pueden convertirse en fracasos o en éxitos, pero se afrontan con coraje como una tormenta de nieve, para al final llegar a casa y que nos envuelva un cálido hogar.
Me imagino un sendero, hermoso como la primavera, donde la alegría y la risa no tiene fin, donde todo son buenas noticias y el amor y el cariño invade cada rincón.
Me imagino un sendero, cálido y luminoso como el verano, lleno de voces y miradas de personas que te acompañan y sonríen para hacer el recorrido de la vida inolvidable.
Me imagino un sendero, cubierto de hojas de mil colores otoñales, donde la luz hace guiños irrepetibles y deja recuerdos grabados en el alma, a los que vuelves una y otra vez despertando los sentimientos mas profundos de tu ser.
Me imagino una vida increíble en la que los recuerdos son regalos de valor incalculable, donde te rodeas de una familia que te quiere y a la que quieres, donde cada minuto es un regalo, para ti y para los que te rodean.
Me imagino ese sendero y estaría dispuesta a recorrerlo a tu lado en esta vida y en todas las que nos regalaran, porque no podría encontrar una mujer que nos quisiera tanto y nos diese tanto a amor como tú, mamá.
Marta